Esteban Borrero, de la serie Series, 2015, fotografía digital,
10 x 10 cms c/u
Sobre Vivian Maier, una de sus favoritas (de Esteban), recuerdo claramente lo que ella (María) dijo, que parecía un fantasma, que tomaba sus fotografías como si no estuviera allí, inclusive en sus autorretratos. Bella y extraña dicotomía: estando presente, a veces a través de su sombra, a veces a través de su vago reflejo, se manifiesta con fuerza su ausencia.
¿Epifanía? Tal vez, tal vez no, pero qué palabra tan bella.
¿Ausencia? Sí, por todos lados y en cada esquina.
Podría seguir nombrando palabras para tratar de definir esto: cansancio, soledad, abandono, renuncia… Sí, renuncia, especialmente esta última.
Bartleby ¡Oh Bartleby! Veo a Esteban bordeando el arte de la negativa como si de un abismo se tratara. Está allí, ladeando, formando series con las piedritas que caen tan precisamente desde más arriba y que irán a parar allá abajo, a un vacío que solo los que están allá conocen, y allá pueden estar los que preferirían no hacerlo, los escritores que renuncian (Melville, de repente esto trata de Melville), los que deseando ser inmortales enloquecen, se degollan la garganta con un abrecartas y se clavan a sí mismos un puñal en el corazón; también están todas las presencias, para nosotros desconocidas, de las ropas solitarias y ondeantes que han sido encerradas en una jaula antes de que ellas también escapen; los fantasmas de los muebles abandonados, las palabras nunca dichas y las imágenes nunca vistas de dispositivos que fueron creados exclusivamente para ellas.
Esteban entre los que están en el vacío y lo que aquí, antes del abismo, queda de ellos.
No se creería, pero la construcción de cada serie comienza a marcar desde el primer elemento obtenido, pasos específicos a manera de instrucciones un tanto estrictas para lograr y capturar el siguiente. Así se construirá esta muestra, paso a paso, imagen a imagen con Esteban desdibujándose (desvaneciéndose) para ponerse a sí mismo en sus series: tú también te estás volviendo un fantasma, le escribo. Y digan ustedes si no hay acaso, en todo esto, el significado de la belleza.