El Arte del Rebusque / Jesús Cataño | Román Navas y Henry Palacio


09.04.16 - 07.05.16


Román Navas y Henry Palacio, Ciclos de lavado, instalación y acción: lavado y secado de ropa de artistas

Ciclos de lavado / Henry Palacio y Román Navas 

Henry Palacio y Román Navas convierten la vitrina de un espacio de arte en un tendedero de ropa, y el interior del espacio expositivo en una lavandería. Más allá de toda metáfora, que resultaría demasiado fácil en tiempos de los Panama Papers, se trata de un conjunto de gestos simples: los artistas invitan a otros artistas de su generación, en general precarizados por el sistema del arte, a traer su ropa sucia al espacio de exposición, donde ellos, les prestan a sus pares el servicio de lavado. 'Ciclos de lavado' funciona entonces como la prestación de un servicio a cierto tipo de artistas que sobreviven a pesar de la prestación de servicios, funciona como un ejercicio (común en la práctica de Palacio y Navas) de transformación de los usos del espacio, construye un dispositivo divisorio entre el afuera y el adentro a partir de un tendedero que es, a la vez una cortina y, por último, como una declaración sobre la emergencia de unos artistas a quienes se les abren las puertas del mercado siempre y cuando muestren ”en limpio”.

Victor Albarracín




Jesús Cataño, de la serie UR-Vano, 2016, ensamblaje: alambre galvanizado y soldadura de punto, dimensiones variables



Jesús Cataño, de la serie UR-Vano, 2016, xilografía, yeso y polímeros colorcheck sobre mdf, 63 x 61 cm






























UR-Vano / Jesús Cataño

El hombre habita, trazando trayectos, en un territorio cambiante, en el que se encuentran estructuras, que fueron levantadas en medio de un incesante e industrial murmullo y, que una vez culminadas, permanecen en silencio. Grandes masas de cemento, sitios aparentemente habitables, que paulatinamente construyen el tejido urbano, y que van mordiendo el paisaje rural creando un nuevo hábitat, la mayor de las veces monótono, cerrado, cuadriculado, geométrico y monocromo. Este paisaje es duro, pesado, gris y artificial. ¿Podríamos volver livianas sus imágenes, con las que nuestros ojos se encuentran a diario? Si lográramos su transparencia, ¿qué podría verse a través de él? ¿Encontraríamos de nuevo el anhelado paisaje natural? ¿O descubriríamos acaso que su progresión es infinita, cubriendo por completo la montaña y el horizonte?