El tamaño de la papa / Margarethe Drexel

09.07.16 - 30.07.16


Margarethe Drexel, Invoco a los vivos, lloro a los muertos, repudio el relámpago (atrás),
Por mis afortunados poderes (delante), 2016, instalación, dimensiones variables.



























Margarethe Drexel, Invoco a los vivos, lloro a los muertos, repudio el relámpago,
2016, instalación (detalle), dimensiones variables.

Margarethe Drexel, Libro de improntas de la papa, 2016, impresión sobre papel,  21 x 12 cm

Margarethe Drexel, La manía es corta, el arrepentimiento es largo. -bim, bim, bim, 2016, video full HD







































Sobre las dimensiones del amor y de la guerra, Margarethe Drexel presenta “El Tamaño de la Papa” en El Vitrinazo, Sábado 09 Julio 2016, Bogotá, Colombia 

Subvierte reinos, destruye ciudades, pueblos y familias, echa a perder, corrompe y masacra a los hombres. Ni el rayo ni el trueno, ni guerras, fuegos o plagas han hecho tanto daño a la humanidad como esta lujuria ardiente, esta pasión animal.  De cómo el amor tiraniza a los hombres.  Anatomía de la Melancolía, R. Burton (1621)

Margarethe Drexel (Hägerau-Tirol, Austria, 1982) construye desde la incertidumbre de un relato. A partir de su condición de artista migratoria, encuentra una excusa para un viaje, un proceso que se transforma en motivación, hábitat, rutina y práctica. La artista se ha servido del infame y romántico incidente internacional sucedido en 1867 entre el Estado de Boyacá y el Reino de Bélgica (una inverosímil habladuría que coquetea torpemente con la Historia):

"Cayendo enamorado el ilustre señor don José Santos Gutiérrez al adelantar sus estudios en leyes en Lovaina, de una tal Josefina, vuelve más bien frustrado y harto ofendido pues según me cuentan que dijeron los que esta historia saben, el padre de la bienamada insultó a Santos Gutiérrez al comparar el tamaño de los nutritivos tubérculos belgas a los suyos colombianos. Dicen también que el impedimento para el casamiento fue la misma razón, a lo que no pudo nuestro agraviado general sino responder con una declaración no de amor como ya lo había intentado, sino de guerra como lo dictaba el honor militar. Y con tan mala suerte que esta nunca llegó a fronteras enemigas."

Fascinada por una ridícula historia de desamor, Drexel se aproxima a un conflicto bélico nunca sucedido, desde una semiótica sagrada sembrada a campanadas (tanto en su tierra natal, como en la nuestra conquistada), para recordarnos que además de pertenecer a países con una apasionada historia militar, también somos unos imbéciles en el amor.


Andrés Felipe Uribe Cárdenas.
Bogotá, 05 Julio 2016